El final de una época y la despreocupación de la sociedad.

 Estamos rodeados de problemas, pero seguimos inmersos en esa huida hacia delante, tanto los políticos a nivel global, como la población a nivel individual.

Las tendencias a largo plazo que se mantienen en el tiempo causan acomodamiento. Desde 2008 vivimos en la política monetaria de tipos cero, facilidad de acceso al dinero gratis y precios controlados. Con los problemas de la pandemia en 2020, empezaron a surgir disrupciones en las cadenas de suministro y cuellos de botella, que dieron lugar a una incipiente inflación. Los políticos, tanto los directores de los BC como los gestores de cada país, ignoraron este incremento de los precios calificándolo como transitorio.

Una vez más, asistimos a la ganancia de tiempo como solución temporal de los problemas que van apareciendo. La explosión inflacionaria debida a la crisis energética (petróleo, gas, carbón y electricidad en todo el mundo) ha supuesto un shock del que no nos hemos repuesto y para el que no se ha tomado ninguna medida definitiva.

El ciudadano medio lleva oyendo hablar de la crisis energética bastante tiempo, pero eso no ha impedido disfrutar de una vacaciones largamente esperadas, tras los sucesivos confinamientos. Ahora llega Septiembre, el euribor se ha disparado y los alimentos y la energía, centro de los gastos familiares, son demasiado caros para unos sueldos que no han subido apenas.

Pasan los días y retrasamos las decisiones de restringir los gastos hasta que llega un día en que no podemos hacer frente a los pagos. 

- Manolo (o Lucía), han devuelto el pago de la hipoteca por falta de fondos.

- Pero que dices, si dejé bastante dinero en la cuenta a principios de mes.

- Si, pero la niña se compró un nuevo móvil y no veas como han subido los precios en el super.

- Bueno, iré al banco a negociar un préstamo.

- Buenos días, señor banquero, venía a solicitar un préstamos personal.

- Si, enseguida revisamos sus cuentas y ahora le comento.

Después de unos segundos, pone mala cara, se levanta y va hacia el director de la sucursal.

Al poco vuelve...

- Mira, Manolo (con la mejor de sus sonrisas), va a ser imposible, porque tienes agotada tu cuota de riesgo.

- Pero como es posible, el año pasado pedí un crédito y no hubo problemas, tengo que pagar la hipoteca y estoy sin fondos.

-Ya, pero no puedo exceder los límites. La supervisión bancaria se ha puesto de repente dura, con esto de la inflación y hemos recibido recomendaciones muy severas para controlar la morosidad y tú ya estás en riesgo. 

- Pero si no me prestas, y tengo que pagar la hipoteca, me veré obligado a cambiar de banco, con los años que llevo en este.

- Lo siento, no puedo hacer nada.

Esta situación se va a ver repetida numerosas veces desde ahora.

Esto si hablamos de casos particulares, pero en política la situación es similar , aunque cuentan con alternativas... todavía.

El presidente (o presidenta) del gobierno, xxx, habla con la ministra de economía.

- Mira tenemos que hacer algo inmediatamente, las encuestas me dan perdedor por veinte puntos. ¿No podemos hacer algo para frenar la inflación?.

- La inflación viene por la crisis energética y está fuera de nuestras manos poner fin a ella. Pero podemos subvencionar los precios con ayudas, rebaja de impuestos al consumo y un fuerte incremento a las empresas energéticas y a los bancos, que eso siempre da votos.

- Muy bien, pero como vamos a pagar la factura.

- No te preocupes, el BCE provee de fondos a través de la compra de deuda pública que vamos emitiendo por importes cada vez más altos. Así devolvemos los vencimientos de deuda y financiamos las nuevas inversiones y todas estas subvenciones que necesitas, para mejorar la opinión pública y evitar movilizaciones.

- Magnífico. Solo tengo que hablar con mis compañeros para obligar al BCE a sufragar estos gastos.

- Presidente, la única pega es que el nivel de deuda pública es muy, muy elevado y es posible que algún país se muestre reticente a expandir el límite de deuda. Ya sabes, quieren que controlemos el gasto en pensiones y reduzcamos el déficit lo antes posible.

- Si, pero estamos en una emergencia.

-Ya, presidente, pero llevamos en emergencia desde 2008. La deuda no ha hecho otra cosa mas aumentar, por rescatar el sector bancario en la crisis de 2010, salvar la economía cuando Lehman, financiar el gasto corriente para mantener la calidad de vida sin restricciones durante los últimos doce años y luego, la explosión de la pandemia nos mató, con el remate de la crisis energética. Es una crisis después de otra y las cuentas no admiten más incrementos.

- Bueno, mira Japón, si ellos han podido, nosotros también.

-Presidente, las cosas han cambiado, ahora estamos con una inflación demasiado alta y el BCE quiere elevar tipos y reducir la inyecciones, con el mensaje de que cada gobierno ajuste sus gastos a sus ingresos. Vamos, que están cortando la financiación para reducir la inflación. El euro se ha devaluado y eso significa más presiones inflacionistas. La política mundial es ahora subir tipos y frenar los estímulos.

- Pero, pero, tengo que ganar las elecciones. Si no ayudo a mis electores, no me votarán.

- Ya, ya, presidente, pero es lo que hay, no podemos hacer nada.

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Por supuesto son conversaciones ficticias, para representar el gran problema al que nos enfrentamos a corto plazo.

A medio plazo, los suministros energéticos van a ir menguando y los dueños de esos recursos, están pensando seriamente que el dólar y el euro fabricados a coste cero para pagar todos esas escasas materias primas, no pueden ser aceptados. 

Parte de la oposición occidental a la guerra en Ucrania, consiste en obligar a Putin a dejar sus sueños de utilizar una moneda distinta al dólar y el euro y que pase por el aro del sistema actual. De lo contrario, estamos totalmente quebrados, si la ruptura con los suministros rusos se extiende a Oriente Medio.

No se puede consentir cueste lo que cueste. Y el precio lo estamos sufriendo en Europa, donde la gente no entiende por qué las sanciones a Rusia,  las estamos pagando nosotros, en forma de precios abusivos.

Mucho me temo que ese esconder la cabeza, y postergar las soluciones para el futuro se ha acabado. La contracción del  crédito para evitar episodios de morosidad como el relatado al principio, no ha hecho mas que comenzar.

El recurso a la deuda para inflar el PIB ha llegado a su límite. En EE.UU., utilizar cinco dólares de deuda para generar un dólar de crecimiento de PIB, es una progresión insostenible.

Recordar este magnífico gráfico.

  

En este otro gráfico, vemos como desde 1980, el crecimiento del PIB ha sido mucho menor que el crecimiento de la deuda. Los tipos de interés en 1980 estaban por las nubes y solo la caída de la inflación ha permitido las políticas de incremento salvaje de deuda como se ve en el gráfico.

Alasdair Macleod relata las consecuencias en esta pieza. El abuso de la impresora debe llegar a su fin o la hiperinflación destruirá el sistema fiduciario mundial. Si, deben elegir entre depresión por hundimiento del consumo o hiperinflación por abuso de la inyecciones monetarias. 

https://www.goldmoney.com/research/inflation-is-turning-hyper

La inflación se está volviendo hiperactiva

15 de septiembre de 2022·Alasdair Macleod

El suministro de dinero despegó durante los bloqueos de covid. Ahora está a punto de despegar nuevamente para pagar las facturas de energía de todos. Pero eso no es todo.

Las demandas de moneda y crédito que se invocarán de la nada para pagar todo llegarán con fuerza y ​​rapidez. Las expectativas de que los precios de la energía, incluida la electricidad europea, hayan tocado techo son ingenuas. Putin aún tiene que poner los tornillos de invierno y primavera en Europa y el mundo por completo. Será sorprendente que los precios mundiales del petróleo y el gas natural en Europa no sean significativamente más altos en una perspectiva de doce meses. Y Europa ha estropeado su suministro de electricidad: allí es donde más aumentarán los costos de la energía.

Los banqueros están tratando de reducir su exposición crediticia al aumento de las tasas de interés, lo que socava el PIB. Además de pagar las facturas de energía de todos, rescatar a los bancos en problemas, el colapso de los ingresos fiscales y las dificultades para vender deuda pública con rendimientos crecientes, se espera que los gobiernos apliquen estímulos económicos para apoyar tanto sus economías como sus mercados financieros.

Además, este artículo apunta a la evidencia de por qué la expansión del crédito del banco central tiene un impacto mucho mayor en los precios que la contratación del crédito bancario. La sustitución del crédito de los bancos comerciales por el crédito del banco central tendrá un impacto inflacionario mucho mayor que la deflación del crédito bancario únicamente.

Los intentos de rescatar las economías estadounidense, europea y japonesa reemplazando el crédito de los bancos comerciales con el crédito del banco central probablemente serán el golpe de gracia para el fiat.

Podemos comenzar a anticipar el camino hacia la destrucción del poder adquisitivo de todas las monedas fiduciarias, no solo las de Zimbabue, Turquía, Venezuela y otros. Una hiperinflación global está resultando imposible de evitar.

Saludos.