Un inesperado giro de los acontecimientos.

 Durante muchos años, todos los seguidores de la teoría del peak oil hemos esperado el advenimiento del pico para "culpar" al petróleo de todos los males.

Pero otro actor inesperado ha aparecido para marcar la pauta que iniciará la crisis que nunca terminará.

Los ciclos de la inflación y los tipos de interés son largos (entre 20 y 40 años).

Observando este gráfico sacamos varias conclusiones.

  

1º). El ciclo bajista del bono a 10 años norteamericano duró desde 1981 hasta 2020.

2º). En los mínimos de 2020 comenzó un nuevo ciclo alcista, de duración indeterminada.

3º). La ruptura de la línea de tendencia bajista confirma el final del ciclo bajista. 

4º). Ha comenzado un nuevo ciclo de inflación y tipos al alza, con sus dientes de sierra correspondientes.

Esto no debería ser muy grave, puesto que ciclos a lo largo de la historia ha habido cientos.

Lo que hace muy peligroso este nuevo ciclo es la acumulación de deudas. 

Durante la tendencia bajista, se ha utilizado el descenso en los tipos de interés para incrementar la cantidad de deuda pública, intentando compensar el déficit de los presupuestos con nueva deuda. La "costumbre" de admitir como algo normal, un déficit presupuestario continuo, ha derivado en un incremento descomunal de la deuda pública, hasta el punto que solo tipos cero o negativos, permitieron mantener un cierto crecimiento en Occidente, desde la crisis de 2008.

Lo que fue un aviso sobre el mal funcionamiento del sistema, se ignoró mediante la impresión de dinero para sufragar todos los déficit de los estados, aumentando la deuda hasta niveles espectaculares. Lo que no se pensó en ningún momento es que este nivel de deuda era incompatible con tipos de interés elevados.

La pandemia de 2020 originó la mayor inyección monetaria de la historia, elevando hasta un punto de no retorno, la cantidad de deuda acumulada. Naturalmente, si la producción no aumenta en proporción con el incremento de deuda, se genera un desbalance entre la cantidad de deuda y el crecimiento, que termina por causar una devaluación encubierta de la moneda fiduciaria.

Las divisas occidentales tienen un sistema de compensación establecido entre los bancos centrales. Casi todas las políticas monetarias van acompasadas y por ello, las divisas no se puede devaluar entre ellas, como por ejemplo, la estabilidad entre el dólar y el euro. Por lo tanto, la devaluación de la moneda debe darse contra activos duros, provocando la aparición de la inflación.

La respuesta a la inflación es la subida de tipos de interés y aquí empiezan los problemas de verdad.

La deuda pública es tan alta, que una subida de los tipos pone en peligro la estabilidad de los presupuestos nacionales, dando a la partida de gastos financieros una importancia desmedida, hasta el punto de convertirse en la parte más importante del presupuesto nacional. Si esta partida crece demasiado, el déficit crece en la misma proporción y termina por originar una espiral de deuda creciente, que presiona sobre la financiación del déficit, obligando a seguir subiendo los tipos para compensar el riesgo de los compradores, incluso con una inflación más moderada.

Al principio, la duración de tantos años de tipos cero, protegió el incremento de la partida de gastos, porque el promedio de los tipos era muy bajo. A medida que el tiempo va pasando, el tipo promedio crece y el volumen de deuda es tan elevado que al aplicar tipos promedio crecientes, eleva el gasto de los intereses hasta niveles incompatibles con la estabilidad presupuestaria.

Poniendo el ejemplo USA.

La deuda es impresionante (y el crecimiento en los últimos años, más). Supera los 34,6 billones de dólares.

             

El pago promedio de la deuda global sigue creciendo (y va a seguir creciendo hasta casi el 4,5%).

Como consecuencia de ambos gráficos, los gastos por intereses presentan un aspecto terrible.

Si el ciclo alcista de la inflación ha comenzado y como parece el ciclo alcista en los tipos de interés le acompaña, algo se va a romper más pronto que tarde (ver resumen).

De momento, estamos viendo algunas consecuencias interesantes, que nos dan una idea de por donde puede evolucionar la incipiente crisis.

Resumiendo.

1º). En 2008, el sistema económico tradicional se rompió. La intervención recurrente de los BC, desvió el modo de crecimiento tradicional hacia un modelo de impresora permanente.

2º). Como consecuencia del primer punto, la deuda pública empezó a adquirir un tamaño descomunal, que ha ido creciendo con el paso de los años, incluso con crecimientos satisfactorios del PIB de un 3% anual (porque para los políticos era mucho más satisfactorio, recurrir a las deuda que realizar reformas estructurales).

3º). El tamaño de la deuda pública no permite tipos de interés altos (en realidad serían tipos promedio del 5%, pero ahora los consideramos "altos").

4º). La pandemia "rompió" incluso el sistema artificial, al implicar una inyección monetaria directa al ciudadano (ver USA), en lugar de una inyección dirigida a los activos de inversión (intervención menos inflacionaria).

5º). El abuso de la impresora siempre tiene consecuencias devaluatorias para la divisa, pero la pandemia aceleró la aparición de la inflación. Una vez instalada, el proceso de destrucción da comienzo, debido a los niveles de deuda alcanzados. No estamos en 1981, ni mucho menos...    

6º). Tras un breve periodo de declaración oficial como "inflación transitoria", la contumaz insistencia en la subida de los precios, precipitó la obligación de subir tipos para detener o al menos , intentar frenar, la terrible inflación. En el momento en que se suben tipos, con una deuda como la alcanzada, el sistema inicia su cuenta atrás para la autodestrucción del sistema fiduciario.

7º). El orden de destrucción es también ordenado. Los países menos resilientes caen primero, porque su moneda no les permite financiarse con la impresión propia. Ejemplo, Argentina, Turquía y cualquier país del tercer mundo (o africano), como Sri Lanka, Pakistán, etc.

8º). Una vez "atacados" los países débiles, se empieza a poner el punto de mira en los más importantes. Japón, con el tamaño de la deuda y la imposibilidad de subir tipos, tiene la misión imposible de resistir.

9º). Si cae Japón (o Corea del Sur o cualquier otro país occidental de un tamaño adecuado), la apuesta sube y la Unión Europea es el siguiente.

10º).   El dólar es el último país occidental en caer. Aunque en este punto, la aceleración de la destrucción resultará evidente.

11º).  China  no quiere destruir el sistema fiduciario, porque le beneficia utilizar la impresora. Pero es consciente de que estamos llegando a un punto sin solución y ha preparado un sistema basado en el oro, para reiniciar otro sistema monetario que puede tener varias posibilidades, siempre apuntaladas por activos sólidos, no dinero fiduciario.

12º). Como dijo en 2019 el Banco Central Holandés, cuando el sistema explote o entre en crisis, el oro será el ancla del sistema.

13º). El colapso es inevitable y ya hemos activado la cuenta atrás. Tampoco hay que precipitarse, no conocemos el timming de la fase final. Pero viendo la revalorización imparable del oro y la persistencia de la inflación, no nos queda mucho tiempo.

14º) Lo que distingue a esta crisis cíclica de otras del pasado, es el agotamiento de los recursos. Tras la crisis de 1929, se pudo reiniciar el sistema hacia el crecimiento, gracias a la abundancia de recursos. No es el caso actual y además la población ha crecido en consonancia con el incremento de riqueza. Tratar de ajustar los niveles de recursos a la población actual con un nivel de riqueza per cápita similar al periodo anterior es sencillamente imposible. Por eso, nos adaptaremos o no, pero siempre tendiendo al decrecimiento generalizado, a diferencia de otras resoluciones y renacimientos de los sistemas económicos en otras épocas. 

Por supuesto, todo este desarrollo es necesario monitorizarlo, pues tendremos aceleraciones y retenciones, sazonadas de crisis sucesivas por países y respuestas a la desesperada (como otro programa masivo de QE´s, para tratar de comprar la deuda pública que nadie quiere). 

Saludos. 

PD  22/4/2024.

Incorporo el artículo de Cyrille Jubert, porque si se cumple es la antesala de la devaluación fiduciaria masiva.

Retrocesos en el precio del petróleo-oro-plata a finales de Abril, para presentar una explosión alcista a partir de Mayo.

Veremos. 

https://goldbroker.com/news/gold-silver-oil-strong-rise-expected-may-june-july-3332 

Gráficos destacados.

Brent.

          

Oro.

Plata.