La lenta descomposición del sistema monetario de Japón.

 Japón es el ejemplo perfecto que buscan los defensores del sistema financiero-fiduciario basado en una deuda creciente, inmune al tamaño que pueda alcanzar.

Cada vez que algún país llega a un hito en su deuda, se contesta que no importa porque el ejemplo de Japón detiene ipso facto, las críticas.

El tamaño de la deuda pública de Japón excede todo lo visto  en el siglo XXI en Occidente. Ya poco importa que siga creciendo porque ha alcanzado un tamaño descomunal y ya da igual cual sea su crecimiento.

Le he dedicado un seguimiento especial a Japón, con varios post.

Puesto que pretendo explicar la lenta descomposición del sistema es bueno observar de donde venimos, donde estamos y adonde vamos (o van).

Hay dos datos que utilizo como indicador, la cotización del yen con respecto al dólar y la rentabilidad de la deuda a largo plazo en Japón. 

Puesto que el BJ ha comprado durante muchos años deuda japonesa, la inyección continua de dinero ponía presión sobre el yen, mientras sostenía la rentabilidad en cifras muy bajas. La aparición de la inflación obligó al BJ a tomar una determinación, porque los dos indicadores no se podían controlar al mismo tiempo. Si compraban deuda con la inflación creciendo, la divisa se veía afectada al aumentar la masa monetaria continuamente. Si dejaba de comprar para sostener la paridad de la divisa, la rentabilidad de la deuda subía, poniendo en peligro la estabilidad presupuestaria porque los gastos financieros con semejante deuda comenzaban a crecer. Por lo tanto era importante monitorizar ambos parámetros para ver su evolución.    



A) En el primer post de Abril de 2022, alertaba sobre la moneda japonesa. El yen puede ser la primera moneda occidental en derrumbarse.   


En un movimiento incipiente comentaba como  el yen comenzaba a devaluarse y ponía este gráfico como referencia.


 El bono a diez años seguía controlado.




Puesto que partían de una rentabilidad a 10 años negativa, este incremento previsto tardaría en afectar a la partida de gastos financieros y podían "jugar" con la divisa y la deuda, alternando intervenciones para que no se disparara ninguna de ellas.


B) Un par de años más tarde, la evolución continuaba, con ataques a la divisa. (Marzo 2024)

Recordaba el caso de Soros y el ataque a la libra esterlina como ejemplo de depredadores avistando la debilidad de una divisa.

El yen se había devaluado bastante, pasando de 128 yenes por dólar a 151 yenes y ya se veía ese gran fondo redondeado que amenaza con una ruptura importante si sobrepasa los 160 yenes por dólar.


 

 Pero en compensación, los tipos de interés seguían muy bajos, aunque ya habían subido.


El bono a diez años por ejemplo, no estaba en negativo como hace unos años, pero había subido al 0,70%.



 Esto todavía permitía al BJ controlar la divisa, con ventas de dólares.


C) En la actualidad.


 El proceso ha seguido su curso y un años y medio después, la revisión nos deja en una situación preocupante.

La divisa se acerca peligrosamente a esos 160 yenes por dólar, que marca la pérdida total de control.


Pero lo peor es que la rentabilidad del bono japonés de 10 y 30 años, se ha disparado.


En el caso del bono a 10 años, se acerca mucho a la zona de control del 2%, marca de referencia histórica, cuya superación sería peligrosa.



    

Observar la evolución. 

En Agosto de 2019 marcaba mínimos muy negativos (-0,30%) y desde entonces cambió la tendencia.

En mi primer post en 2022 estaba tocando el 0% y en el segundo en 2024, ya había comenzado la escalada en el 0.7%. Un año y medio después, se ha acelerado la progresión y llega hasta el 1,77%.

El bono a 30 años presenta peor aspecto.


   


 A diferencia del bono a 10 años, ha roto los máximos del año 2000 (alrededor del 3%) y ya se ha encaramado al 3,34%, viniendo del 0%.


Las consecuencias de esta subida de las rentabilidades no son muy importantes todavía. Aunque la deuda llega a los 1.324 billones de yenes, el tipo promedio de la deuda solo ha progresado al 0,8%, con unos gastos financieros de 10,5 billones de yenes.

El peligro, por supuesto, es la tendencia. 

La deuda no ha dejado de aumentar, pero es que el tipo promedio va a seguir subiendo y si llega al 3%, por ejemplo, junto con una deuda de 1.500 billones de yenes (previsión relativamente modesta), los gastos financieros alcanzarían los 45 billones de yenes desde los 10,5 billones actuales. Esa cantidad destrozaría los presupuestos y haría imposible el mantenimiento de la estabilidad presupuestaria.

Teniendo en cuenta que la inflación de Japón roza el 3% (2,9%), no estamos suponiendo un objetivo irrealizable.


Como se puede ver, la "descomposición empezó con el cambio de tendencia a finales de 2019. Al principio el movimiento era extremadamente lento, costaba años avanzar un poquito, pero con la aparición de la inflación en 2021-2022, todo se ha acelerado y ahora en 2025, ha acabado por dispararse en vertical.




¿Cuánto puede resistir Japón?

Veamos los problemas.

Si quiere mantener la rentabilidad de los bonos, el BJ deberá comprar masivamente deuda, de nuevo, lo que implica una presión insostenible sobre la divisa. Está muy cerca de niveles de ruptura.

Si no compra deuda y protege la divisa, la rentabilidad seguirá ascendiendo y los gastos financieros destrozarán el presupuesto japonés.


Demografía.

Hay que recordar que Japón es un país muy envejecido con una partida de pensiones muy elevada, al mismo tiempo que la mano de obra joven, escasea. La tendencia demográfica no ayuda. Hay un fuerte descenso de la población previsto para 2050.  



       

Y la pirámide de la población está completamente invertida.



 El gasto público en pensiones supone más del 10% del PIB y creciendo.

    

¿Como está la situación económica en  Japón actualmente?


El tercer trimestre ha sido un desastre.

"La economía de Japón experimentó una contracción anualizada del 1,8% durante el tercer trimestre del año, comprendido entre julio y septiembre, según datos oficiales difundidos el lunes por el gobierno japonés. El retroceso se originó principalmente por la caída de las exportaciones —afectadas por el incremento de aranceles estadounidenses bajo el gobierno de Donald Trump— y el desplome de la inversión residencial privada tras la entrada en vigor de regulaciones más estrictas en el sector de la construcción. El descenso, que en términos trimestrales supuso una reducción del 0,4% en el producto interno bruto (PIB), representa la primera contracción en seis trimestres y se sitúa por debajo de la proyección media de un 0,6% de caída recogida en una encuesta de Reuters"


El presupuesto japonés presenta un fuerte déficit para el periodo Abril 2025-Marzo 2026.

Ingresos 78,4 billones de yenes, gastos de 115,5 billones de yenes y déficit previsto de 37 billones de yenes.

El gasto en pensiones alcanza los 13,8 billones de yenes, dentro de la partida de seguridad social (37,9 billones de yenes).


Como he comentado antes, unos gastos financieros de 45 billones de yenes (2030) dentro de unos ingresos de 80-85 billones de yenes, sería el "fin del mundo" para el presupuesto japonés.


Por lo tanto, la descomposición está acelerándose y con peligro de explotar en los próximos años.


Repercusiones para el resto del mundo.


Un interesante artículo comenta este punto.

"Tras el estallido de la burbuja de activos en 1991, Japón entró en una espiral deflacionaria que duraría tres décadas. El Banco de Japón redujo los tipos de interés a cero en 1999 y los mantuvo en ese nivel, llegando incluso a terreno negativo en 2016. El control de la curva de rendimiento, implementado ese mismo año, fijó la rentabilidad de los bonos del gobierno japonés a 10 años cerca del cero por ciento mediante compras masivas de bonos.


Esto generó un problema estructural para los inversores institucionales japoneses. Las compañías de seguros que gestionaban pasivos a largo plazo, los fondos de pensiones que se enfrentaban al declive demográfico y los bancos con abundantes depósitos se enfrentaban al mismo dilema: los activos nacionales no generaban ningún rendimiento, pero sus obligaciones eran reales y crecientes.


La solución fue sencilla y trascendental. El capital japonés inundó el exterior. Para 2024, Japón poseía 1,13 billones de dólares en títulos del Tesoro estadounidense, convirtiéndose, junto con China, en el mayor tenedor extranjero de deuda pública estadounidense. Los bonos europeos, los títulos de agencias, el crédito corporativo y la deuda de mercados emergentes absorbieron enormes flujos de capital japonés.


Esto no fue caridad, sino una estrategia racional de construcción de cartera. Sin embargo, tuvo profundos efectos sistémicos. Las compras japonesas generaron una demanda constante en los mercados globales de bonos, lo que redujo las primas por plazo y mantuvo los costos de endeudamiento artificialmente bajos en todo el mundo desarrollado. La presencia de este capital paciente y ávido de rentabilidad permitió a Estados Unidos mantener déficits fiscales persistentes, a Europa conservar su unión monetaria a pesar de los desequilibrios estructurales y a los mercados emergentes acceder a financiación en divisas fuertes a costos históricamente bajos.



Durante tres décadas, la deflación de Japón exportó desinflación al resto del mundo. Los ahorradores japoneses, al no poder obtener rendimientos en su país, en la práctica subvencionaron a los prestatarios de todos los demás lugares."




El cambio.




"Con un 1,71%, las matemáticas de la inversión institucional japonesa han cambiado radicalmente. Consideremos la situación de una aseguradora de vida japonesa que gestiona pasivos denominados en yenes. Para invertir en bonos del Tesoro estadounidense, esta institución debe cubrir el riesgo cambiario. El coste de dicha cobertura, determinado por el diferencial de tipos de interés entre Japón y Estados Unidos, ha aumentado hasta tal punto que la rentabilidad de los bonos del Tesoro estadounidense cubiertos suele ser negativa.


En pocas palabras: ahora a las instituciones japonesas les cuesta dinero poseer deuda pública estadounidense con cobertura.


Esto no es una fluctuación temporal del arbitraje. Es un cambio estructural en el cálculo de riesgo-rentabilidad que ha regido la asignación de capital en Japón durante una generación. Cada punto básico adicional que suben los rendimientos de los bonos del gobierno japonés (JGB) hace que los bonos extranjeros sean menos atractivos y los activos nacionales más competitivos.



La consecuencia lógica ya empieza a manifestarse. Los inversores japoneses están reduciendo sus tenencias de bonos extranjeros y repatriando capital. Este proceso no se producirá de la noche a la mañana —las carteras institucionales cambian lentamente—, pero la dirección es clara y el impulso va en aumento."



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Sí, es un drenaje de liquidez para el resto del mundo.

Si los inversores japoneses dejan de financiar los déficit exteriores, las rentabilidades de la deuda mundial sufren una presión alcista, proporcional a la repatriación de capital japonés, en un momento donde los BC no solo no compran deuda, sino que la QT en marcha, ha reducido los balances de los BC, introduciendo un problema de liquidez.

El resto del mundo tiene sus propios problemas  , por lo que el caso de Japón, solo añade "más leña al fuego".


 Conclusión.

La desintegración del sistema en Japón ha cogido velocidad y lo peor es que no se ve una solución fácil. 

Además la subida de las rentabilidades en Japón va en detrimento de la inversión en el resto del mundo, poniendo más presión sobre las rentabilidades y financiación de los estados occidentales sobre todo.

La posibilidad de una explosión de la deuda japonesa pasa por dos opciones.

1º) Si interviene el BJ comprando deuda, el yen puede experimentar una devaluación peligrosa y muy rápida, que impacte a medio plazo en la inflación japonesa, volviendo a presionar al alza sobre las subidas de tipos.

2º). Si no interviene el BJ, la presión vendedora sobre la renta fija de largo plazo seguirá su camino. El problema de tantos años de supresión de tipos es que las carteras de renta fija de las diversas entidades que han invertido en deuda japonesa, presentan pérdidas enormes. En cualquier momento puede desatarse un "margin call", obligando a desprenderse precipitadamente de su cartera de deuda, y disparando las rentabilidades.


Para sacar al país del bajo crecimiento económico, Takaichi ha propuesto un plan que está bajo la lupa de los inversores.

"El reciente impulso de Sanae Takaichi al frente del gobierno japonés ha situado en el centro del debate la posibilidad de transformar la economía del país mediante reformas que no impliquen un gasto fiscal adicional. Mientras se discute un paquete de estímulo que podría superar los 10 billones de yenes (alrededor de USD 65.000 millones), la atención se desplaza hacia medidas estructurales capaces de dinamizar el crecimiento sin recurrir a grandes desembolsos públicos, según el análisis de Nicholas Benes, fundador del Board Director Training Institute of Japan, publicado por Nikkei.

En su primera reunión de gabinete, la primera ministra Takaichi solicitó a sus ministros la elaboración de un plan de estímulo, que incluiría la eliminación del impuesto provisional a la gasolina, ayudas para las facturas de electricidad y gas, y deducciones fiscales para inversiones de capital. Estas iniciativas, aunque relevantes, requieren la aprobación de un presupuesto suplementario y suponen un coste fiscal considerable, probablemente extendido durante varios años."


Este coste fiscal pone nerviosos a los inversores, añadiendo más presión a los mercados de deuda y divisas. Una vez más, "no hay milagros y llueve sobre mojado".

  


Como se puede ver, no hay solución fácil en este punto. Al principio, durante años era manejable la situación porque había margen para maniobrar en un sentido u otro, pero ahora hemos llegado (o estamos cerca de llegar) al punto de ruptura, donde todo el movimiento se acelera. Y como llueve sobre mojado por la inmensa deuda de Japón, los problemas que ocasionaría la quiebra del sistema serían probablemente dramáticos para el resto del mundo.  





PD. Me había dejado la tabla de  rentabilidades (para comparar con un futuro post). La pongo un día después (peor todavía).



        





      

Comentarios

  1. Más alarmas, señales, indicadores ...

    https://www.zerohedge.com/personal-finance/was-major-red-flag-2008-and-now-it-happening-again

    De hecho, durante el mes de octubre de 2025, las solicitudes de ejecución hipotecaria fueron un 19 por ciento superiores a las de octubre de 2024…

    Tan solo en octubre se registraron 36.766 demandas de ejecución hipotecaria, el primer paso del proceso, cuando el prestamista advierte al prestatario que está en mora. Esto representa un aumento del 3% con respecto a septiembre y del 19% con respecto al año anterior.

    «La actividad de ejecuciones hipotecarias continuó su tendencia alcista constante en octubre, el octavo mes consecutivo de aumentos interanuales», dijo Rob Barber, director ejecutivo de ATTOM.

    Este aumento está reavivando incómodos recuerdos de 2008, cuando una ola de ejecuciones hipotecarias desencadenó la peor crisis inmobiliaria de la historia moderna de Estados Unidos.

    Vuelve a leer el segundo párrafo de esa cita.

    La actividad de ejecuciones hipotecarias ha aumentado durante ocho meses consecutivos.

    A eso le llamamos tendencia.

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  2. La rentabilidad de los bonos japoneses a 10 años alcanza su nivel más alto desde la crisis financiera mundial.

    https://archive.md/tGRly

    Los operadores señalaron que el aumento en los rendimientos de los bonos del gobierno japonés (JGB) se debía a señales de que el gobierno de la primera ministra Sanae Takaichi estaba preparando un enorme presupuesto suplementario de al menos 25 billones de yenes (161 mil millones de dólares) en su intento por cumplir sus promesas de impulsar la economía y proteger a los hogares del aumento de precios.
    “Existe el temor en el mercado de que la postura del gobierno sea ahora bastante moderada. Puede que sea una reacción exagerada hoy, pero el mercado claramente piensa que el gobierno tendrá que emitir bonos a más largo plazo para financiar sus planes de gasto”, dijo Shoki Omori, estratega jefe de Mizuho.

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  3. https://substack.com/inbox/post/179302582?triedRedirect=true

    El 18 de noviembre de 2025, aproximadamente a las 11:48 UTC, un archivo de configuración de Cloudflare superó su límite de tamaño. El archivo, generado automáticamente por el sistema de gestión de amenazas de la empresa, era demasiado grande para que el software de mitigación de bots lo procesara. El sistema colapsó. En cuestión de minutos, cerca del 25 % del tráfico global de internet se interrumpió.

    Durante ocho horas, X no pudo cargar. Claude, ChatGPT dejó de responder. Las transacciones de Shopify fallaron. Spotify se quedó sin servicio. Los vídeos de YouTube se congelaron. La economía digital sufrió pérdidas estimadas entre 100 y 150 millones de dólares por hora. Para cuando los ingenieros de Cloudflare implementaron una solución a las 14:42 UTC, el incidente había puesto de manifiesto algo mucho más peligroso que un simple fallo de software.

    Reveló una ley fundamental: internet se acerca al colapso termodinámico.

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  4. "Plan de paz" de 28 puntos negociado en exclusiva entre USA y Rusia, sin contar con Ucrania ni Europa.

    Veremos.

    https://www.elconfidencial.com/mundo/2025-11-19/eeuu-y-rusia-trazan-un-plan-de-28-puntos-para-la-paz-en-ucrania_4250630/

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    Respuestas
    1. Lo han debido filtrar a todos los medios, porque está por todas partes, aunque se esté negociando y no haya sido presentado.

      Comentan que la corrupción del entorno de Zelenski le ha debilitado.

      https://www.elmundo.es/internacional/2025/11/19/691defa8e4d4d83c158b45ae.html

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    2. Los yenes se pueden imprimir, los niños NO. En un mundo egoísta con la población empobrecida o pagan el coste de la crianza de un niño como si de un trabajo se tratara o se quedan sin vacas que ordeñar

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  5. Para reflexionar. Nada que no se haya dicho, pero esta vez cuantificado. El estado del bienestar (en este caso las futuras pensiones) es insostenible. Y añado, el resto del estado, también es insostenible.

    Lo que se diseñó hace muchos años como algo razonable, no ha sufrido modificaciones al ritmo de las variaciones que han aparecido en el tiempo y ahora es un sistema (por mucho que duela reconocerlo) quebrado. Sin el poder del euro detrás (que permite obtener financiación relativamente barata y abundante), ya lo habríamos comprobado.

    Es un tema muy polémico, pero las cuentas están ahí, para el que quiera hacerlas ...

    Desde luego, invertir en armamento para reducir los beneficios sociales no ayuda precisamente y cuando llegue la crisis, van a pasar muchas cosas ...

    https://www.eleconomista.es/economia/noticias/13651269/11/25/un-estudio-destapa-la-deuda-real-de-europa-y-deja-a-espana-en-el-peor-sitio-posible.html

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  6. Sí, el precio del petróleo está por lo suelos, pero los márgenes de refinación para obtener gasolina y diésel están por las nubes, por lo que como usuarios (mundiales), los precios no han bajado.

    https://oilprice.com/Energy/Energy-General/Refining-Margins-Soar-as-Global-Oil-Product-Markets-Tighten.html

    Los márgenes de refinación en América del Norte y Asia se encuentran ahora en su nivel más alto desde finales de 2023 y principios de 2024, mientras que los márgenes europeos son aún mayores a medida que el mercado se prepara para una perturbación significativa a principios del próximo año, cuando la UE prohíba, a partir del 21 de enero, las importaciones de productos elaborados con petróleo crudo ruso, según el paquete de sanciones de julio contra Rusia.

    En este paquete, la UE finalmente tomó medidas para cerrar la laguna legal del petróleo ruso, que actualmente permite a la UE importar combustibles procesados ​​a partir de petróleo ruso, incluso en India, un comprador clave de crudo ruso hasta ahora.

    En otro acontecimiento relacionado con Rusia, los incesantes ataques con drones ucranianos contra refinerías rusas están reduciendo la capacidad de procesamiento y exportación, lo que obliga a los clientes de Moscú de diésel y otros combustibles, como Brasil, por ejemplo, a buscar desesperadamente suministros alternativos.

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