Futuro, ciencia ficción y Matrix

 La información "económica" oficial que llega al 99.99% de los países occidentales es producida por los propios gobiernos, con la intención de mantener una cierta confianza en la buena marcha de la economía mundial. En el resto de los sectores, también hay intervencionismo, pero ese es un tema para otro día. Por ejemplo, en España, lo primero que vamos a oir la mayor parte del tiempo es que vamos bien y todavía vamos a ir mejor. Cuando las cosas no van  tan bien, el discurso omite dar cifras concretas, centrándose en buscar un culpable. La pandemia, las rupturas de las cadenas de suministro, el cambio climático y ahora Putin, son los sospechosos habituales.  Las referencias a la terrorífica deuda pública. No deja de crecer, aunque se maquilla bastante bien, dando una reducción sobre el % del PIB que supone, como si reducir la deuda del 119,9% PIB al 118,7% fuera una disminución, cuando en realidad ha aumentado 82.000 millones de euros.  https://cincodias.elpais.com/cincodias/

 Todos conocemos el origen latino (Roma) de la expresión panem et circenses. El gobierno de turno ofrece estímulos y ayudas al pueblo mientras le muestra el espectáculo en los modernos medios de comunicación, para distraer la atención de la plebe, de los verdaderos problemas que asolan el imperio. Empecemos por Putin y su disfrazada intención de recuperar el imperio sovíético, cuando en realidad quiere acabar con la hegemonía del dólar. La preparada invasión de Ucrania, probablemente acabe en un armisticio, con la declaración oficial de la no inclusión de Ucrania en la Otan y la independencia de la región del Donbass, a cambio de la retirada rusa de los territorios ucranianos. Primero, como debe ser, deplorar la actitud y los medios de Putin para conseguir su objetivo. Las guerras solo traen destrucción y pérdidas en todos los sentidos. El pueblo de Ucrania no tiene ninguna culpa de estar mal situado geográficamente. Unos mueren por el color de su piel o por sus creencias, pero morir p

 Putin ha ordenado invadir Ucrania.  La guerra siempre es el último recurso y en este caso, mas bien parece una estrategia destinada a conseguir oscuros objetivos. No se puede aplaudir a Putin por decidir entrar en guerra. Si existe algo deplorable en todos los sentidos, es una guerra, donde pierde casi todo el mundo y ganan muy pocos. La pérdidas de vidas humanas inocentes, los heridos, mutilados, los que tienen que huir para evitar los males, las pérdidas materiales, la destrucción en general, no es algo que se pueda compensar con ningún botín.  Pero no podemos pensar que todo esto no lo ha pensado detenidamente, antes de lanzarse al vacío. Putin sabe perfectamente los riesgos que corre y aparte de la opinión pública interna, las críticas de los oligarcas rusos, que sufren por su culpa, las bajas de su ejercito, y la calificación para la historia de genocida, conoce de sobra, todas las sanciones que pueden aplicarle en Occidente.  Al inicio de las Olimpiadas de Invierno se reunió con

 Acabo de leer otro extraordinario artículo de Alasdair Macleod, donde aparte de comentar las repercusiones del conflicto ucraniano, es un análisis geopolítico con unas conclusiones muy claras. Rusia lleva preparando su movimiento al menos ocho años. No se puede  decir que no contabilice todas las posibles respuestas y por lo tanto, si ha elegido moverse ahora es porque detecta una gran debilidad en el oponente. Los fracasos de Siria (eliminar al gobernante, que fue apoyado por Rusia), Afganistán (la salida norteamericana fue espantosa) y la debilidad europea en el sector de la energía, han contribuido a la elección del momento. Sería ridículo pensar que después de ocho años , el movimiento de Putin se va a conformar con la "conquista" de Ucrania. Tanto China como Rusia ansían acabar con al hegemonía estadounidense y ya han ideado el medio para debilitar y posteriormente derribar, el obsoleto sistema fiduciario que sostiene la gobernanza mundial. El shock inflacionario que es