No solo es la "madre de todas las burbujas", es la última burbuja.

 Ya hemos hablado numerosas veces de la formación de un burbuja gigante en todos los mercados. Algo así como "la madre de todas las burbujas".

Pero leyendo este excelente post he caído en la cuenta de que hay algo más. No solo es una burbuja enorme en varios mercados al mismo tiempo, es que además se está formando la última burbuja.

En 2008 está claro que algo se rompió definitivamente. Los BC pretendieron taponar la vía de agua al principio, con las famosas QE´s, pero al cabo de un tiempo vieron que era necesario una intervención permanente, porque en cuanto dejaban de monitorizar los mercados, estos se venían abajo.

Tras la crisis de 2008, vinieron las sucesivas crisis de la banca europea, hasta que Mario Draghi institucionalizó la intervención de los BC (en este caso el BCE) y dijo aquello de que harían lo que fuera necesario para evitar la quiebra de los mercados. Entonces se tomó como un golpe en la mesa contra los especuladores, pero en realidad era algo más.

Draghi pronunció estas palabras en Julio de 2012.

A continuación vino una "ofensiva vía tipos" (además de la compra primero indirecta con los famosos TLTRO´s y luego ya completamente directa, de bonos públicos, para facilitar la financiación de los estados de la Unión Europea), bajando los tipos oficiales a cero (incluso negativos) y los mantuvieron en ese punto durante seis largos años, hasta que la inflación obligó a volver a subir tipos. 

    

En EE.UU. también procedieron a la bajada de tipos y el intento de "normalizar" la política monetaria (2017-2019) con una leve subida de tipos (hasta el 2,25%) acabó como el "rosario de la aurora", cuando la crisis de los repos, obligó a una bajada inmediata de los tipos a cero, al tiempo que la FED se comprometía a aportar toda la liquidez que fuera necesaria.

   

Posteriormente, la pandemia y los confinamientos, empujaron a los BC a la mayor inyección de liquidez de la historia, para evitar que el sistema colapsara al tener a todo el mundo encerrado.

Los mercados a lo largo de este largo periodo fueron tomando buen nota de la tendencia de los BC a "defender" el sistema ante cualquier crisis que pudiera presentarse.

Otro momento delicado vino de la mano de la inflación. Como consecuencia de la ruptura de las cadenas de suministro tras la apertura de los confinamientos a diferentes velocidades entre China (fue el primer país en confinar y también en su apertura) y Occidente, la escasez de determinados productos comenzó una carrera en el incremento de precios, que culminó con la invasión de Ucrania por parte de Rusia, lo que originó una crisis energética en Europa (tras aplicar las sanciones al petróleo-gas ruso), con fuertes subidas del precio del petróleo, gas y electricidad. 

La inflación se descontroló y obligó a subir agresivamente los tipos, lo que trajo otro tipo de problemas a los mercados. Tantos años de tipos mínimos, se habían acumulado una gran cantidad de bonos a tipos ridículos en las arcas de los bancos. A principios de 2023, se precipitó una crisis en los bancos regionales americanos que tenían una gran cartera de títulos de renta fija, devaluados por la subida de tipos. La necesidad de vender en el mercado títulos con bajos precios para generar liquidez, causó elevadas pérdidas en una serie de bancos y obligó de nuevo a la FED a intervenir, para evitar una cadena de quiebras y sobre todo, eludir el contagio al resto del sistema bancario. La solución propuesta fue comprar los títulos de renta fija en poder de los bancos regionales a valor nominal, en lugar de valor de mercado. Con eso, los bancos regionales conseguían liquidez sin pérdidas, que se le endosaban a la cartera de la FED.

El mercado, que había corregido ante la agresiva subida de tipos y las severas pérdidas en las carteras de renta fija, se dio la vuelta y comenzó una nueva fase alcista, amparados en la eliminación del riesgo, por intervención de la FED ante cualquier crisis que se pudiera producir. Una vez los participantes del mercado fueron plenamente conscientes de la imposibilidad de una grave crisis, comenzaron una ronda de sucesivas subidas en todos los mercados. Los activos financieros, alimentados por una incesante liquidez proveniente tanto de la banca en la sombra, como en la concesión infinita de nuevos préstamos, no pueden hacer otra cosa que subir y desde entonces asistimos a una explosión de la bolsa, los activos inmobiliarios y las criptomonedas, con recurrentes máximos históricos.

Los mercados ya no tienen en cuenta las malas noticias. Si se producen, descuentan más bajadas de tipos y más inyecciones de liquidez. Y si hay buenas noticias, celebran la buena marcha de la economía. Bajo este panorama, bolsas como la alemana, con una crisis que se prolonga ya varios años, experimentan máximo tras máximo, esperando más descensos de tipos y aporte de liquidez del BCE.

Hemos entrado en una sucesión permanente de rondas alcistas. Si no puede existir ninguna crisis porque los BC intervienen inmediatamente, el binomio rentabilidad-riesgo se queda en solo rentabilidad  y cualquier valoración es inútil, porque los mercados solo tienen un camino y es hacia arriba.

Así tenemos sobrevaloraciones como la bolsa americana, en territorio burbuja desde hace mucho tiempo.

     

O el bitcoin, que podíamos calificar como la mayor campaña de publicidad exitosa de la historia. Nunca vender "gamusinos" produjo unos beneficios tan impresionantes.

O la enésima burbuja inmobiliaria que de nuevo parece no tener fin.

En realidad, solo falta la burbuja de materias primas para reventar todas las burbujas al mismo tiempo. Lo malo de la burbuja de materias primas es que toca activos que afectan a la cesta de la compra, a diferencia de los activos financieros que solo afectan a los inversores. La última burbuja engordará los precios de alimentos y metales-minerales básicos, afectando al aumento de la inflación que como sabemos, es la kriptonita de los BC.

Es lamentable que los BC acepten que no se puede hacer nada. Saben que explotar la burbuja en estos momentos, conduciría a una situación peor que la de 2008, obligándoles a una nueva ronda de liquidez de proporciones colosales, lo que conduciría a una pérdida de confianza en la moneda y por lo tanto, una hiperinflación, que al ser global, acabaría con el sistema fiduciario al completo.

La conclusión es que hay que prolongar la burbuja pase lo que pase, hasta que aparezca una cierta escasez (probablemente petróleo) que suponga la explosión definitiva de todos los sistemas, por retroalimentación entre ellos. Y no cabe duda tampoco, que será la última burbuja, puesto que es imposible evitar el resultado del cenit de la civilización, ante el agotamiento extremo de determinados recursos escasos e imprescindibles, que nos han llevado a superar la capacidad de carga de la Tierra.

Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades mucho tiempo. La creación de dinero y deuda, por encima del propio crecimiento de bienes y servicios, tiene como resultado la devaluación de la unidad monetaria. Si este exceso se mantiene durante mucho tiempo, la devaluación alcanza cotas irreversibles y al ser un fenómeno mundial, no hay lugar donde esconderse. Aceptar que no hay solución es doloroso, pero llegados a este punto, lo único que se puede hacer para alargar la bonanza es continuar en la misma senda, dure lo que dure. 

Recordando el post al que hacia referencia al principio, una frase es lo que debe quedar en la memoria.

 "La inflación es, en todas partes y siempre, un fenómeno monetario, resultante y acompañado por un aumento de la cantidad de dinero en relación con la producción."

No se puede esperar otra cosa.  Insisto, la inyección de dinero, el crecimiento de la base monetaria por encima del incremento de la producción de bienes y servicios, causa inflación. Y si incidimos lo suficiente, durante un periodo muy largo, no puede haber otro resultado que una pérdida de confianza en la unidad monetaria, con resultados nefastos. Si a esta dinámica sostenida en el tiempo, le añadimos la escasez de recursos, conseguiremos  alcanzar el límite por el que el sistema deja de ser viable y tras explotar (sea cual sea el detonante), se inicia un largo periodo de purga, con el decrecimiento por bandera, al escasear los bienes esenciales.

No sabemos cuando ocurrirá (todo apunta a 2030 y años sucesivos), pero el final es inevitable, aunque consigamos ganar tiempo al tiempo.

Siempre me he preguntado por qué ante gráficos tan claros como estos del cobre y el petróleo, no se hacía absolutamente nada para intentar reducir el consumo y prolongar el periodo de "cierta abundancia" de recursos. La respuesta es que no hay alternativa. El sistema está al borde del colapso y solo podemos aguantar tanto tiempo como sea posible, porque cuando la burbuja de todo explote, todo saltará por los aires sin remedio. Ahora se puede entender mejor la proliferación de guerras por todas partes, que están sacudiendo el planeta desde hace unos años, así como la inestabilidad política con elecciones que causan crisis gubernamentales, incapaces de crear legislaturas estables. La ciudadanía nota que algo no va bien y trata de escapar de su propia sensación, votando alternativas extremas, con la intención de que hagan algo distinto y pronto.

 Ante el posible colapso del sistema, se busca asegurar recursos para sobrevivir unos años más, eliminando contrarios que pueden fagocitar las materias primas escasas. También es de recibo infligir daño al enemigo, imposibilitando el acceso a las últimas tecnologías, para que se sitúe en inferioridad de condiciones en caso de guerras por la supervivencia.

El periodo que llega ahora, incluso sin la explosión de las burbujas, es inestable. Guerras comerciales, guerras militares, tomas de posiciones ventajosas, aranceles intimidatorios, prohibiciones en venta de tecnología, cierre de fronteras, abuso de posición dominante (ejemplo del uso del SWIFT por parte USA), geopolítica extrema (uranio, cambios en la composición de las influencias en África, Siria-Israel-Irán-Oriente Medio), creación de asociaciones de interés mutuo (AUKUS), todo es válido para preparar la fase final. 

EE.UU., consciente de la proximidad de una conflagración, está acelerando la preparación. Se ha convertido en el máximo productor de petróleo y gas del mundo, gracias al desarrollo del shale oil-gas. Y pretende aprovechar esta superioridad, para imponer sus condiciones, al menos mientras la "abundancia" dure. Todo el mundo está tomando posiciones y de esta forma podemos imaginar que las deudas acumuladas, nunca serán satisfechas, por lo que el volumen alcanzado (abiertamente impagable) es un medio para llegar a un fin. 

No va más (rien ne va plus) ...          

Solo una opinión.

Saludos.