La escasez de materias primas y la dinámica de precios en el cenit de la civilización.

 La tesis sobre el cenit de la civilización se basa en la descripción que los efectos combinados de dos problemas irresolubles, causan sobre el crecimiento económico mundial.

Estos problemas son:

1º). El exceso de deuda mundial.

2º). El agotamiento de los recursos.

No se pueden separar ambos problemas porque interactúan entre ellos. Alcanzar el punto de saturación de la deuda, implica una fuerte restricción en la disponibilidad de financiación ilimitada para desarrollar los proyectos de extracción de materias primas. Y el agotamiento de los recursos baratos limita la posibilidad de crecimiento futuro en una dinámica viciosa.

Como todos sabemos hemos extraído la parte fácil y barata de los recursos. El petróleo en tierra dio paso al petróleo en el mar y posteriormente, pasamos a los depósitos de aguas ultraprofundas o finalmente, los pozos de shale oil, cuyas características de declive colosal e inmediato, obligan a una permanente inversión. En el caso de las minas de elementos básicos como el cobre o la plata, los depósitos mineros de elevadas concentraciones, han sido agotados y sucesivamente vamos extrayendo yacimientos de una ley muchísimo menor, con una derivada clásica de mayores necesidades de inversión y un gran gasto energético.

La combinación de estos dos problemas se visualiza rápidamente siguiendo este proceso.

En el caso del petróleo, la necesidad de acudir a lugares más inaccesibles, obliga a invertir mayores cantidades, junto al desarrollo de tecnologías más caras. Las reservas se van agotando y para acceder a los depósitos más caros, el precio del petróleo debe subir, con el fin de poder desarrollar los recursos más complejos . Pero el incremento de los precios de la gasolina y diésel tiene un gran impacto en la asequibilidad de los ciudadanos, pues una gran parte de ellos ve mermadas sus posibilidades de  compra y provoca descensos en la demanda, que a su vez reducen los precios, volviendo a dejar sin valor , los recursos más difíciles de extraer. El masivo endeudamiento limita las ayudas y encarece por vía de la ausencia de subvenciones, el acceso a la energía. 

En el caso de la minería, sucede exactamente lo mismo. Los depósitos de minerales han ido perdiendo concentración y los quedan son considerablemente más caros. En el proceso de la transición energética, estamos sustituyendo los combustibles fósiles por la electrificación total. Lo mismo que el petróleo es la sangre del sistema de transporte fósil, el cobre es la savia de la electrificación global.

Si no queremos depender de los fósiles, debemos pasar a depender del cobre, justo cuando la ley del mineral es muy baja y los nuevos descubrimientos brillan por su ausencia, como en el caso del petróleo.

Esta es la esencia del cenit de la civilización. Como no existe una tecnología inmaterial, forzosamente dependemos de los recursos en forma de materiales, que permiten el crecimiento de la civilización. Es evidente que si no tenemos acceso (por escasez o por falta de inversión debido a las ingentes deudas o por déficit energético para extraer las materias primas básicas) a los elementos vitales que necesitamos para construir una infraestructura adecuada, nunca podremos realizar ningún tipo de transición basada en la escasez apremiante.

Toda esta introducción viene para escenificar los problemas del cobre (después de cientos de artículos para demostrar los problemas del petróleo).

Veamos su precio.

   

Hoy está pulverizando los máximos históricos, pero se aprecia el encarecimiento progresivo desde 2005 (sí, el pico del petróleo convencional, que casualidad).

         

En el mismo caso que el petróleo, no se descubre apenas nada y se atisba la escasez en el horizonte.

Si por un momento asociamos el gráfico anterior con este de la deuda pública USA (representativo y extrapolable), podemos entender muchas cosas.

  

Sí, estamos utilizando la deuda como una forma de adquirir recursos hoy, para pagarlos mañana. De esta forma, el consumo excede de nuestras posibilidades y solo un crecimiento exponencial de la deuda permite el acceso a los bienes y servicios. Pero como estamos comprobando en el caso de Japón, cuando se traspasan ciertos límites, empezamos a experimentar restricciones. En el caso de Japón, no pueden subir tipos para luchar contra la inflación porque la deuda es tan elevada que descarrilaría la economía nipona inmediatamente, lo que supone una devaluación (pérdida del poder adquisitivo) lacerante. La necesidades de importaciones energéticas de Japón se limitarán mucho en el futuro, si su moneda pierde valor a marchas forzadas, entrando en el temido decrecimiento energético.

No estamos muy lejos de Japón en el tema de la deuda y al final, puesto que todas las divisas son fiduciarias (sin respaldo), la devaluación no será posible entre ellas, sino respecto de las materias primas vitales, que verán un fuerte encarecimiento cuando se combina escasez de oferta con devaluación de la moneda. 

     

La transición energética ha fortalecido la industria renovable y de los coches eléctricos. Tanto la industria eólica, como la fotovoltaica, la industria de fabricación de vehículos eléctricos o la industria de las baterías requieren enormes cantidades de cobre. 

Casi todas esas industrias tienen en China el grueso de su fabricación, entre el 50% y el 80% del total mundial. Como consecuencia de ello, las fundiciones de cobre se localizan sobre todo en China y la demanda de concentrados de cobre es muy alta y su oferta limitada, obligando a competir entre ellas (fundiciones) con el resultado de una fuerte reducción de márgenes que les ha obligado a cerrar producción, elevando el precio del cobre.

Y la demanda de cobre no va a hacer sino aumentar porque la llamada transición energética está apenas empezando su camino, hasta la total descarbonización. Hemos reducido el uso de los combustibles fósiles en la obtención de energía primaria del 86% al 82% en veinte años, por lo que el camino está en sus inicios todavía. 

Si con este pequeño cambio, ya tenemos problemas, imaginen que sucederá cuando alcancemos un retroceso del 82%, al 60-70%. Los déficit previstos de cobre son extraordinarios.

Aquí entra la dinámica de precios que he comentado en el titular.

Los defensores del crecimiento infinito dicen que existen recursos más que suficientes, pero no dicen a qué precio. Si una sociedad salvajemente endeudada, necesita doblar o triplicar los precios del cobre-plata-petróleo, podemos concluir sin muchas posibilidades de error, que semejantes subidas de precios conducirían a una recesión-depresión inmediata, por imposibilidad de adquirir los productos esenciales, a un precio desorbitado y por lo tanto, la demanda se contraería sustancialmente, terminando por hundir los precios de las materias primas básicas, conduciendo a un fuerte descenso en la extracción de esas materias primas, al hacer inviable su extracción económica. Cerramos el círculo y es necesario comprender que esto sucede porque los materiales baratos y fáciles de extraer, que han permitido el desarrollo agresivo de nuestra civilización, se han agotado y eso no tiene solución tecnológica.

Naturalmente, esta dinámica origina una lucha por los recursos a cualquier precio y la consecuencia la estamos viendo en forma de guerras militares (Ucrania-OTAN-Rusia) o guerras comerciales (como la reciente  avalancha de aranceles de USA a China, a determinados productos esenciales (todos relacionados con el cobre, curiosamente)).

Ahora podemos seguir diciendo aquello del "nunca pasa nada", hasta que un día nos encontremos con la desaparición de productos esenciales del mercado o la imposibilidad de poder pagarlos para una parte enorme de la población. Comprender las dinámicas que se están desarrollando está al alcance de cualquiera, otra cosa es que se quiera ver o aceptar.

Saludos. 

PD. La hemeroteca en internet está poblada de gráficos con previsiones muy pesimistas para el futuro. 

Dentro del amplio abanico, me quedo con este pronóstico de Wood Mackenzie (2022), bastante mesurado hasta 2026.

https://www.marketindex.com.au/news/near-term-volatility-but-long-term-shortage-for-copper-macquarie 

 

• Macquarie espera un déficit más "equilibrado" para el cobre en 2022
• Se pronostica que el mercado del cobre tendrá un superávit considerable para 2023 y 2024.
• Se espera que los precios spot del cobre bajen la oferta en la segunda mitad de 2022

Como se puede apreciar, Wood M. esperaba un fuerte superávit de oferta en 2023-2024, con entrada en problemas en 2025-2026.

Las previsiones de precios no se han cumplido (en el segundo trimestre de 2024 ya estamos por encima de los 10.000$/t).

Por último, incluso un informe positivo para la oferta en el periodo 2022-2026, termina encontrando un déficit masivo de 4,6 millones de toneladas en 2030. La demanda debido a la transición va a ser muy fuerte (ya veremos) y la oferta minera tiende a la baja , ante la falta de desarrollo de nuevas minas.