El último estertor.
La producción de petróleo mundial ha crecido en los últimos meses de forma desaforada. Indiferente a la demanda mundial, mucho más lenta, los productores se han lanzado a extraer tanto petróleo que la capacidad excedente se ha reducido a mínimos históricos y amenaza el próximo año, con quedarse prácticamente a cero.
El gráfico de producción con las perspectivas para 2026 es muy claro.
Si observamos el incremento, vemos un crecimiento desproporcionado desde finales de 2024 (apenas 81 millones de b/d), hasta mediados-finales de 2025 (casi 87 millones b/d previstos). Semejante incremento es una barbaridad. Si bien la demanda sigue fuerte, apenas crece un millón de b/d por año, no seis millones en el último año como ha hecho la oferta.
Este crecimiento no proviene del parón de 2020, sino de la puesta en marcha de todos los proyectos desarrollados durante largos años en Guyana y Brasil, del fuerte aumento de Noruega, de los proyectos del Golfo de México, de la suma de crecimiento orgánico en Canadá y Argentina, de ligero exceso de la producción de shale oil USA, de la ampliación de Tengiz en Kazajistán y sobre todo, de abrir todos los grifos al mismo tiempo de la Opep.
No obstante, hay discrepancias en algunos comentarios que realiza IEA . Se supone que vamos a tener un exceso de 4 millones de b/d en el cuarto trimestre de 2025 y que según IEA, hemos tenido un exceso de oferta-demanda de 1,9 millones de b/d a lo largo del año 2025.
Sin embargo, los inventarios occidentales del año 2025 siguen en mínimos, a pesar de ese sensacional exceso producido a lo largo de todo el año 2025 (algo que no se ha reflejado en el stock OCDE).
Para explicar la aparente contradicción, IEA dice que el exceso en forma de inventarios se ha concentrado en LGN y crudo almacenado en China.
De su informe de Octubre ...
"El mercado petrolero ha registrado superávits desde principios de año, pero la acumulación de existencias se ha concentrado hasta ahora en el crudo de China y los líquidos de gas de Estados Unidos."
La demanda real probablemente se encuentre entre las previsiones de IEA y las de la Opep.
Es verdad que en Septiembre hemos visto un espectacular incremento en las exportaciones de petróleo, que forzosamente aumentarán las reservas, primero en el tránsito marítimo y luego en tierra, cuando desembarquen.
Sin entrar en que la producción enorme de la Opep puede responder a la petición de Trump de inundar el mercado de petróleo para poder aplicar severas sanciones al crudo ruso, lo cierto es que nos hemos quedado sin capacidad excedente (en 2026 esa capacidad se verá reducida exclusivamente a EAU y Arabia, sumando entre los dos países alrededor de un millón de b/d) y sin nuevos proyectos para desarrollar en el futuro. Tras 2026, el número y cantidad de barriles que llegarán al mercado en el periodo 2027-2030 va a ser mínimo y si la producción de shale oil empieza a descender, podemos encontrarnos con una situación muy difícil.
Por un lado no existirá capacidad de respuesta si hay cualquier percance y por otro, al no existir nuevos proyectos por traer al mercado, la producción de petróleo empezará un suave descenso inicial, para ir acelerando poco a poco, lo que coloca este último empujón en la producción mundial, como el canto del cisne antes de comenzar la temida caída definitiva.
Parece como si quisieran que durante un par de años existiera una gran abundancia de petróleo, con el objetivo de tener suficientes suministros para emprender un movimiento que todavía desconocemos.
La Opep tenía planificado devolver el petróleo al mercado, pero de una forma muchísimo más lenta, para no afectar a los precios del petróleo, y de repente deciden dispararse a los dos pies, en un consenso sin ninguna justificación, como se ha visto en el precio del petróleo.
Lo único que de momento han conseguido es la existencia de un exceso en el mercado que al menos durará dos años. Si es a cambio del petróleo ruso-iraní-venezolano, lo sabremos en los próximos meses, porque si ha sido a cambio de nada, solo habrán conseguido bajar los precios a costa de agotar aún más rápido sus menguadas reservas.
En cualquier caso, este esfuerzo no va a cambiar la dinámica del pico del petróleo, porque solo será un exceso puntual, el conocido último estertor antes de la "muerte" del petróleo abundante. Recuerden que no importan las reservas que disponga cada país, sino la capacidad de extracción y su velocidad para llevar al mercado nuevos proyectos. Si estos terminan, como parece el caso en los próximos años, no hay nada que podamos hacer. La producción de petróleo empezará su persistente caída después de este último "brindis al sol" y con su descenso, se inicia el periodo más negro de nuestras vidas.
La burbuja de la deuda, la burbuja de las bolsas, el exceso de liquidez que ha presidido los últimos veinte años, solo son señales que indican el final de un ciclo civilizatorio, con un magnífico espectáculo de luz y color que caracteriza un "fin de fiesta" proporcional al tamaño de la burbuja.
Por ejemplo, hoy hemos presenciado otro empujón en el apoyo a las bolsas, con la rebaja de un cuarto de punto de los tipos de interés, al tiempo que se da por finalizada la QT (ajuste del balance de la FED). Es increíble que sigan fomentando la burbuja de la deuda y las bolsas, con medidas que solo las alimentan aún más.
Las condiciones financieras nunca han sido tan laxas (tasas de interés bajas, mayor facilidad a la hora de obtener créditos y menor riesgo percibido). Es como arrojar gasolina al fuego.
PD. Hoy hemos conocido los inventarios de petróleo y productos en USA a finales de Octubre y siguen muy bajos.
https://ir.eia.gov/wpsr/overview.pdf
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El fin de la fiesta nos traerá a las sociedades modernas sin duda muchos quebrantos, se iniciará un tránsito por un camino tortuoso y terrible.Sin embargo existen algunos efectos no tan tétricos a considerar.
ResponderEliminarLos pocos humanos que aún viven en sociedades más sencillas, véase pueblos indígenas, cazadores recolectores, ganaderos nómadas , pueblos con una agricultura de subsistencia , en suma con modos de vida más rudimentarios, muy probablemente se beneficien del colapso de la civilización industrial que estaba presionando fuertemente sus hábitats y haciendo peligrar su propia existencia.
Y en las sociedades más complejas tendrán una ventaja nada desdeñable los que vivan en entornos rurales que puedan proveerse de alimentos, agua y combustible(leña), de su entorno. La autonomía y la autosuficiencia de las poblaciones será fundamental. A pesar de la rapiña y vandalismo que es de esperar, estarán en una situación infinitamente mejor que en las ciudades.
Además de esto, alcanzaremos por fin el pico de emisiones de gases de efecto invernadero y estás comenzarán a descender sensiblemente, dándonos una esperanza de poder evitar un nivel crítico en el calentamiento de la atmósfera y evitar traspasar el umbral hacia un clima absolutamente descontrolado en el que la agricultura a gran escala sería inviable.