La clave de todo.

Inmersos en nuestra cotidiana vida, no prestamos atención a las tendencias a largo plazo que se van sucediendo.  Una de ellas, amenaza con una ruptura total en cuanto a nuestro estilo de vida occidental y poco a poco se ha ido acercando al momento de protagonizar un cambio radical en el querido bienestar social, hasta el punto de suponer una ruptura traumática con todo lo que hemos conocido.

La política mundial hace años que funciona en torno a esta clave y medidas aparentemente contradictorias o que no tienen nexo común, en realidad, bajo el prisma de esta clave, tienen todo el sentido del mundo y por supuesto están correlacionadas.

Vamos con la clave.

Primero introduzco dos gráficos, el segundo de los cuales, nos da la clave.

Pertenecen a la presentación de Junio de 2021 de Jean Laherrere.

https://aspofrance.files.wordpress.com/2021/06/oil-productionforecasts.pdf

      Este primer gráfico, muestra la línea verde que refleja los descubrimientos de petróleo desde 1900, sin contar con el petróleo extrapesado de las arenas canadienses y la franja del Orinoco. 

La línea marrón es el consumo de petróleo anual.

Como se puede ver, entre  1935y 1980 se produjeron los mayores descubrimientos. Lo que llama la atención es la tendencia acusada hacia una caída vertiginosa en los últimos decenios, que nos ha dejado la década de 2010-2020, huérfana de grandes descubrimientos. La tendencia hacia cero, salpicada por puntuales yacimientos gigantes, es evidente. Desde 1980, solo Kashagan (2000), el pre-sal brasileño (2006-2009) y Guyana (2019-2020) han elevado esa tendencia hacia cero.

Lo peor no es que los descubrimientos caigan en picado, es que la inversión en exploración también se ha hundido, con lo que encontrar nuevos yacimientos es misión imposible.

Según el USGS, quedan pocas zonas con posibilidades interesantes, después de los fracasos del Mar de Barents y Groenlandia interior. Solo quedarían Groenlandia exterior y el mar de Kara en la Rusia ártica, como zonas potencialmente interesantes.

Siempre hemos escuchado la frase "queda petróleo para cuarenta años", y tenía sentido porque se seguían descubriendo importantes extensiones de petróleo hasta la década de los 80. En el gráfico se puede apreciar, que desde esos años, los descubrimientos han caído en picado y el consumo (línea marrón) es muy superior desde esos años, a los nuevos descubrimientos.

El segundo gráfico es demoledor.

      

 La línea verde suma todos los descubrimientos desde 1900 (exceptuando el petróleo extra-pesado), es decir es el acumulado de las reservas de petróleo totales descubiertas desde 1900.

La línea marrón es el acumulado del petróleo producido desde 1900, hasta nuestros días.

La línea azul es la diferencia entre el petróleo descubierto y el petróleo producido.

La línea verde se está volviendo horizontal, por la ausencia de nuevos descubrimientos y teniendo en cuenta que ni siquiera se invierte en exploración, podemos extrapolar una tendencia casi horizontal para los próximos 20 años.

La línea marrón tiene una clara tendencia, inmutable, que solo depende del petróleo per-cápita consumido y la población creciente. Desde 1970, la tendencia es inequívoca, con una ligera aceleración desde el año 2000 (seguramente debido a China y sus satélites asiáticos).

El problema, la clave de todo es que la tendencia de estas dos grandes líneas supone que en pocos años se cruzarán. Y cuando lo hagan significará que no queda una gota de petróleo por extraer.

Naturalmente, mucho antes de que se produzca este cruce, tendremos graves problemas, porque existen otras dos tendencias que aceleran los problemas.

La primero es que el petróleo producido no es neto, sino que hay que restar el petróleo gastado en producir petróleo. Los yacimientos cada vez son más intensivos en energía gastada, porque son más profundos o están en el mar bajo una capa de sal o provienen del shale oil, que tiene un Eroie más bajo. Y no  digamos nada del petróleo extrapesado, que prácticamente necesita un barril de petróleo por cada tres que se producen.

Lo segundo es que solo nos interesa el petróleo de exportación. Cada vez cae más la cantidad de petróleo exportado-importado (estamos en torno a 37 millones de b/d). Cuando se reduzca la producción , lo primero que notaremos será el descenso en la cantidad de petróleo disponible para importar. No necesitamos que la producción de petróleo se reduzca a cero para tener gravísimos problemas en las naciones netamente importadoras como España.

https://futurocienciaficcionymatrix.blogspot.com/2021/06/la-realidad-es-mucho-peor-de-lo-que.html

Este gráfico es un ejemplo de la tendencia de los últimos años, que enmascara el problema de las reservas a costa de mantener la producción estable  o creciente, mientras la tasa de agotamiento crece exponencialmente.

La línea azul que refleja la cantidad de reservas disponibles, presenta una clarísima aceleración a la baja, en la última década.

https://futurocienciaficcionymatrix.blogspot.com/2021/07/nos-estamos-quedando-sin-reservas-de.html

A partir de estos gráficos es posible interpretar la política mundial.

La emergencia climática (sin discutir el cambio climático) sería el vehículo perfecto para proceder a una transición energética acelerada, para evitar en realidad, el agotamiento del petróleo. La electrificación total de la economía mundial es explicada perfectamente desde este punto de vista, sin necesidad de acudir a un desastre climático. Tenemos que cambiar si o si, antes de quedarnos sin petróleo.

Otra de las estrategias es tratar de decelerar la línea marrón  de consumo de petróleo, para retrasar el temido cruce, el mayor tiempo posible. Las prohibiciones de coches fósiles, las restricciones al uso del petróleo, los cierres pandémicos por  un solo caso de coronavirus (China, Nueva Zelanda), tienen pleno sentido, si el enfoque es el agotamiento del petróleo.

Por supuesto, la transición energética imprescindible e inevitable, necesita grandes cantidades de petróleo para realizar las infraestructuras, para extraer los minerales, para ejecutar los ambiciosos planes y por lo tanto, acelera el agotamiento del petróleo, lo que incita a los gobiernos a priorizar el uso del petróleo que queda. Por ello, el turismo, los viajes en avión, tienen que ser restringidos rápidamente, junto con otras medidas punitivas como el incremento masivo de impuestos (para reducir el consumo de la población), para dejar la mayor cantidad de petróleo en cuestiones primordiales referidas a la transición.

Más adelante, veremos la agenda 2030 en su máxima expresión, cuando la producción de petróleo (que hizo pico en 2018) no pueda mantener la presión de la demanda. Desde esta clave, el gran  reset es inevitable, si queremos mantener un cierto nivel de vida y evitar la revolución.

Los BC van a mantener el equilibrio, insuflando moneda, hasta que se tome la decisión de comenzar el gran reinicio. No pretenden resolver la crisis económica, sino solo ganar tiempo.

Por supuesto este artículo es de opinión y no presenta hechos incuestionables, solo pretende inducir a la reflexión, desde otro punto de vista diferente al mayoritario. 

Saludos.