Ceguera colectiva, antes del colapso global.

El Real Madrid ganó ayer su decimocuarta Copa de Europa (fútbol) y este verano se presenta como el primero desde el inicio de la pandemia, donde las restricciones prácticamente han desaparecido y podremos disfrutar de unas vacaciones perfectas.

El mundo se dirige a un nirvana existencial, donde durante un breve periodo de tiempo, solo disfrutaremos de los placeres de la vida, sin preocupaciones.

Un vistazo a los datos de la vida real, es un poco menos onírico.

Como dice un participante en el foro peak oil barrel, los precios se han disparado en el último año.

 "Petróleo: 74 %, NatGat: 192 %, Carbón: 285 %, Trigo: 74 %, Aceite de palma: 58 % , Avena – 86%, Cobalto – 69%, Níquel – 56%, Nitrato de Amonio 187%, Huevos – 165%, Algodón – 70%, Litio 415%"

El índice de precios industriales en España alcanza un "despreciable" 45%, con un no menos 37% para Europa. 

La inflación galopante es el enemigo número uno de la solvencia personal de cada uno de nosotros.

El proceso aniquilador, desde que se instaura la inflación es conocido. Primero suben los precios, pero no los salarios, de tal forma que se pierde poder adquisitivo desde el principio. Al cabo de un tiempo, la inflación alcanza niveles preocupantes y los BC deben tomar cartas en el asunto. En nuestro caso, se ha tardado mucho en reconocer una elevada inflación, de carácter no transitorio. Pero una vez diagnosticado el problema, las acciones a ejecutar son parecidas. Retirada de estímulos y subida de los tipos de interés.

Estas subidas, junto con la pérdida del poder adquisitivo, terminan mermando la actividad económica, destruyendo parte de la demanda que no puede pagar los precios, bien sea por sueldos bajos o por eliminación definitiva del ahorro remanente. Cuanto más suben los precios, mas demanda se destruye, y siguiendo los ciclos económicos, en algún momento, la destrucción de la demanda provoca una recesión.

Como desde hace tiempo inmemorial, los BC se han dedicado al noble arte de hinchar los activos, con la intención de causar un efecto riqueza que genere más confianza consumidora, los mercados se encuentran en zona burbuja. La reiteración de los BC en inyectar repetidas veces, grandes cantidades de dinero, ante cualquier problemilla (como la crisis de 2008 o la crisis bancaria europea de 2010-2011), la acumulación y tamaño de las burbujas ha alcanzado cifras colosales.

Una recesión en este sistema hiperendeudado, tiene la virtud de explotar una tras otra todas las burbujas, dando paso, primero a una recesión y si las medidas restrictivas no cesan, sigue una depresión en toda regla. 

Si por el contrario, proceden a parar y volver a estimular la economía de nuevo, sin desinflar las burbujas, la próxima crisis será más rápida y más fuerte. 

El primer sistema daría lugar a una depresión y el segundo, a una sucesión de crisis cada vez más graves, para terminar en una depresión, igualmente.

El origen de todo es la escasez.

La escasez se produce cuando la demanda es mayor que la oferta. Normalmente existe un mecanismo regulador de la escasez, que es la subida de los precios. Este mecanismo es muy eficiente, porque destruye demanda, mientras facilita las inversiones necesarias para aumentar la oferta. Siempre ha funcionado muy bien, pero ahora empieza a fallar, cuando a pesar de los elevados precios, la demanda no cede (aquí intervienen los BC, con sus eternos estímulos , que han mantenido fuerte la demanda) y la oferta no aumenta, (queridos, es el peak everything, encabezado por el temido peak oil). 

La última gran crisis debida a los precios del petróleo sucedió en 2008. El crudo alcanzó los 150$ y precipitó la crisis. Tras la intervención de los BC, la escasez de petróleo empujó los precios por encima de los 100$, durante varios años. La única forma de salir del atolladero era aportar más oferta y ya existían notables dificultades para conseguirlo. El shale oil, se apoyó en unos precios desconocidos hasta entonces (por encima de 100$), para desarrollar las cuencas del Pérmico, Bakken y Eagle Ford (conocidas hacía bastante tiempo). La aportación salvaje de nuevos barriles, en un crecimiento que sorprendió al mundo, fue suficiente para mantener una década de crecimiento. Hasta que en 2019, llegó el peak shale y la fiesta se acabó.

Ahora estamos en una situación similar a 2008, con los precios subiendo con mucha fuerza y esta vez no queda nada para sorprender . El mapeo de la superficie terrestre ha concluido que solo queda por explorar y encontrar cantidades importantes de petróleo en el  Ártico. No parece que la inversión esté por la labor y dado el retraso en los proyectos a ejecutar, una vez se ha descubierto el petróleo, no parece que nuevos yacimientos vengan a ayudar a incrementar la producción de petróleo. Como el crudo mueve el mundo y no solo es una forma de hablar, las derivadas del peak oil ya están causando muchos problemas.       

La situación se ha complicado tanto, que ya podemos hablar de varias crisis solapadas. La crisis energética, la crisis alimentaria (en próximos meses), la crisis de las cadenas de suministros, la crisis de la deuda mundial, la emergencia climática, la crisis rusa, la crisis de la explosión de las burbujas y la crisis política en muchos países del tercer mundo (Sri Lanka, Líbano, Pakistán, etc).

Los mercados de la bolsa han corregido levemente y la ceguera colectiva de la que hablaba en el titular es tan extensa, que ya se hacen apuestas por conocer si hemos alcanzado el suelo de las bolsas y la corrección (y por tanto, todas las crisis) ha terminado.

Un análisis de un medio alternativo, nos advierte de disturbios en estos próximos meses, a medida que la situación antes descrita, comience a empeorar.

https://bylinetimes.com/2022/05/17/global-banks-privately-prepare-for-dangerous-levels-of-imminent-civil-unrest-in-western-homelands/

  

"Los bancos globales y las firmas de inversión se están preparando para un aumento "sin precedentes" de los disturbios civiles en los EE. UU., el Reino Unido y Europa, ya que los aumentos en los precios de la energía y los alimentos están destinados a impulsar los costos de vida a niveles astronómicos, puede revelar Byline Times .

La información proviene del jefe de un 'grupo de instituciones financieras', que brinda experiencia y servicios de asesoría a otros bancos, compañías de seguros y otras instituciones financieras, en una de las firmas de inversión más grandes de los EE. UU.

El alto ejecutivo de inversiones, que habló con Byline Times bajo condición de anonimato porque la información que reveló se considera altamente confidencial, dijo que los planificadores de contingencia de las principales instituciones financieras creen que los "niveles peligrosos" de ruptura social en Occidente ahora son casi inevitables, y inminente. Se espera que ocurra un estallido de disturbios civiles en cualquier momento de este año, pero lo más probable es que ocurra en los próximos meses a medida que el impacto de la crisis del costo de vida comience a saturar las vidas de "todos".

A las clases medias acomodadas les resultará difícil comprar alimentos básicos y pagar las facturas. Por lo tanto, anticipamos niveles peligrosos de disturbios civiles que podrían convertirse en una crisis social sin precedentes.

El ejecutivo trabaja en una firma líder de Wall Street, considerada una institución financiera sistémicamente importante por la Junta de Estabilidad Financiera de EE. UU. Se trata de instituciones cuyo funcionamiento se considera fundamental para la economía estadounidense y cuyo fracaso podría desencadenar una crisis financiera.

Según el ejecutivo, los principales bancos de todo el mundo, incluidos EE. UU., Reino Unido y Europa Occidental, están instruyendo a sus altos directivos para que comiencen a planificar activamente cómo responderán al impacto de la interrupción financiera provocada por un episodio prolongado de disturbios civiles. Sin embargo, el funcionario bancario no dio más detalles sobre lo que implican estas medidas de planificación más allá de la referencia a las pruebas de estrés para determinar el impacto en las carteras de inversión.

Si bien el aumento de los disturbios civiles en los países en desarrollo ha sido discutido abiertamente por importantes instituciones como la ONU, el Banco Mundial, el FMI y otras instituciones, esta es la primera vez en los últimos años que las expectativas de una próxima epidemia de descomposición social en las sociedades occidentales se han atribuido a las principales empresas bancarias y de inversión.

“Todos los principales bancos saben que la crisis del costo de vida está fuera de control”, dijo el principal asesor financiero.

“La pandemia fue lo suficientemente mala y destacó cómo ciertos grupos de personas se verían más afectados, los pobres, las minorías, etc. Pero la combinación de choques energéticos y alimentarios es un punto de inflexión que empujará a las sociedades occidentales al límite. Esto impactará a todos. A las clases medias acomodadas les resultará difícil comprar alimentos básicos y pagar las facturas. Por lo tanto, anticipamos niveles peligrosos de disturbios civiles que podrían convertirse en una crisis social sin precedentes”.

La advertencia se produce cuando el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, describió cómo los aumentos "apocalípticos" de los precios de los alimentos y la energía y una tasa de inflación alta en 30 años conducirían a un "impacto de ingresos muy grande" que aumentaría el desempleo y reduciría drásticamente el gasto de los hogares.

Pero eso apenas araña la superficie. El alto funcionario bancario de EE. UU. advirtió a Byline Times que la crisis actual estaba a punto de hundir al público en general, incluidas las clases medias, en una pobreza cada vez mayor. Peor aún, la caja de herramientas económicas convencionales para hacer frente a la volatilidad financiera se había agotado:

“No queda nada en la caja de herramientas del sistema financiero existente. Nos hemos quedado sin opciones. Solo puedo ver que la situación empeora”.

El funcionario afirmó que se habían enterado de la planificación interna de varios bancos a través de conversaciones con colegas de alto nivel en las últimas semanas."

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Es importante realizar un buen diagnóstico.

Una crisis que no acabará nunca ha comenzado. Será un largo proceso de ajuste, donde la demanda potencial se deberá equilibrar con la oferta existente. Esa oferta va a ser menguante, como corresponde a una situación donde los picos de producción se suceden unos a otros. 

Hasta ahora , la civilización humana ha confiado en la tecnología y otros recursos (como la mejora de la eficiencia) para superar todas las adversidades, pero de alguna forma, empezamos a reconocer los límites, cuando desde las autoridades ya advierten que la transición energética (por ejemplo), será dolorosa y supondrá sacrificios. Una forma eufemística de definir como será la próxima crisis.

Hemos alcanzado límites físicos. La ley de rendimiento decrecientes  tampoco ayuda y la capacidad de carga de la Tierra se ha sobrepasado en varias veces. El ajuste es inevitable y que no lo queramos ver, no nos va a salvar esta vez.

La respuesta mayoritaria a las advertencias de crisis es siempre la misma. Si, estamos muy mal, pero los mercados no caen. O voy a los restaurantes y siempre están llenos. O la gasolinera sigue sirviendo diésel. O los supermercados están llenos. O este verano, todo el mundo se va de vacaciones.

En este mundo de Matrix, los Bancos Centrales han hecho mucho daño. A estas alturas, ya somos incapaces de distinguir lo que es sostenible de lo que no lo es, debido a que en cada crisis, la inyección monetaria ha resuelto todos los problemas. No se concibe que la inflación sea el destino final de esta carrera hacia el desastre, y que esa inflación sea el límite de la intervención de los BC. Y a su vez, que la inflación, solo sea el primer síntoma de una enfermedad mortal, el agotamiento de los recursos.

Las consecuencias no tardaremos en verlas, pero con ese sentimiento muy humano de la negación en la fase de duelo, nos costará aceptar que el crecimiento se acabó y a partir de ahora toca vivir peor o mucho peor.

Cuando la razón deja de utilizarse , se sustituye por la fe ( o confianza ciega) en el famoso "algo encontrarán", equivalente a los conejos de la chistera de los magos de pacotilla.

Como ejemplo, dejo la declaración de la industria frente a la optimistas previsiones de los políticos.

https://www.eleconomista.es/transportes-turismo/noticias/11789906/05/22/El-transporte-por-carretera-alerta-de-la-falta-de-alternativa-al-diesel-en-20-anos.html 

Suerte a todos, la vamos a necesitar.

Saludos.

PD. Ya sé que hablar de colapso es habitual en este blog. Pero también se empiezan a oír voces autorizadas que advierten de un posible colapso, incluso en medios como "Projet Syndicate".

Y eso que no mencionan el problema del petróleo o de las materias primas.

https://www.project-syndicate.org/commentary/economic-recession-risk-in-china-united-states-europe-by-kenneth-rogoff-2022-04

               

"Con suerte, el riesgo de una desaceleración global sincronizada disminuirá a fines de 2022. Pero por el momento, las probabilidades de recesión en Europa, EE. UU. y China son significativas y van en aumento, y un colapso en una región aumentará las probabilidades de colapso en los otros. La inflación récord no facilita las cosas. No estoy seguro de que los políticos y los legisladores estén a la altura de la tarea a la que se enfrentarán pronto."